Es una consecuencia del lógico deterioro muscular causado por la edad. El ojo cuenta con un músculo, llamado ciliar, con el que se acomoda el cristalino (la “lente” ocular) para que las imágenes cercanas puedan verse con nitidez. El músculo ciliar, como el resto de los músculos del cuerpo, pierde elasticidad con el paso del tiempo y por tanto, capacidad para enfocar el cristalino y ver bien de cerca.